
BREXIT Y EDUCACIÓN
O cómo cambiar todo para que nada cambie.
Hace pocas semanas hemos publicado en este blog http://bioprofe.com//es/ninguna-universidad-espanola-figura-entre-las-100-primeras-del-mundo/ que el modelo anglosajón de educación lidera los ranking en los que se valora la calidad de los sistemas universitarios de los diferentes países. En concreto, el Reino Unido coloca a cuatro de sus universidades entre las diez mejor valoradas del mundo. Y es de suponer que a los británicos les gustaría que esto continuase siendo así.
La capacidad para atraer estudiantes extranjeros por parte de las universidades es uno de los indicadores fundamentales para evaluar su calidad. Como también lo es el poder contar con los mejores docentes e investigadores, muchos de ellos de otros países. En este contexto, ¿cómo afectará el Brexit a la llegada de estudiantes y profesores foráneos a las universidades del Reino Unido?
Durante dos años, que es el plazo estimado por las autoridades europeas para que el Gobierno británico invoque el artículo 50 del Tratado de la Unión Europea y se formalice su salida efectiva de la Unión, nada va a cambiar. Los estudiantes que estén cursando sus estudios de grado o postgrado en universidades británicas podrán continuar con los mismos con normalidad. Así mismo, los profesores e investigadores podrán seguir disfrutando de la libre circulación de trabajadores entre los países miembros de la UE.
Transcurrido ese plazo estimado de dos años, ya no existe ninguna certeza sobre este tema. Porque durante ese periodo se llevará a cabo una negociación entre el Gobierno del Reino Unido y los representantes de las instituciones europeas acerca de la manera en que el Brexit se materializará y sobre cómo serán las relaciones en todos los ámbitos entre un país que ya no pertenecerá a la Unión Europea y la propia UE.
Una opción, seguramente poco probable, es que se produzca una ruptura total entre Reino Unido y Europa. Ello conllevaría tener que solicitar permisos de trabajo, estudio o residencia para estudiar y trabajar en sus universidades, lo cual provocaría una desventaja competitiva de los campus británicos respecto de los del resto de países de la UE a la hora de atraer talento extranjero, tanto de estudiantes como de docentes. Con el impacto negativo que ello provocaría en los indicadores calidad y prestigio para sus instituciones de educación superior.
La opción que parece más probable es que se produzca un Brexit suavizado, posiblemente la situación más conveniente para ambas partes. En el ámbito de la educación, ello podría conllevar que se alcanzaran acuerdos para que la situación de estudiantes y docentes procedentes de países de la UE no cambiase mucho.
Respecto del Programa Erasmus, España envía cada año unos 4.000 estudiantes a las universidades del Reino Unido (es el cuarto destino favorito de los españoles) y recibe unos 3.500 de ese país. Hay que tener en cuenta que pertenecer a la Unión Europea no es uno de los requisitos exigidos para formar parte del Programa. De hecho, países como Turquía, Islandia o Noruega, participan en el mismo. Esto probablemente facilitará que el Reino Unido pueda continuar enviando y recibiendo estudiantes con beca Erasmus.
Pero todo esto son suposiciones. Hasta que no se lleve a cabo la salida efectiva del Reino Unido de la UE y sepamos entonces las intenciones de su Gobierno, no se podrán establecer conclusiones certeras sobre casi nada.
Estoy encantado de encontrar este blog. Quería daros las gracias por publicar esta genialidad. Sin duda he saboreado cada pedacito de ella. Os te tengo marcados para ver más cosas nuevas de este sitio .